La guerra entre Gran Bretaña y sus colonias americanas en el último cuarto del siglo XVIII constituye uno de los eventos históricos más importantes de la edad moderna; esta conflagración civil entre ciudadanos británicos se inició en el continente norteamericano, aunque rápidamente se extendió a todo el planeta, multiplicándose las campañas militares por los archipiélagos, continentes y océanos de África, Asia, Centroamérica y Europa, implicando a España, Francia y los Países Bajos en un conflicto de escala mundial, preludio y en parte causa de la Revolución Francesa, que daría paso a las Guerras Napoleónicas, conflicto económico, militar, político y social cuyas consecuencias llegan hasta la edad contemporánea.